Los incendios que afectaron a la provincia de Córdoba dejaron un saldo devastador, con varias localidades del Valle de Punilla gravemente impactadas. Una de las zonas más afectadas fue Capilla del Monte, donde al menos 54 personas fueron evacuadas y 14 viviendas quedaron completamente destruidas por el avance imparable de las llamas. Las personas evacuadas fueron trasladadas a hoteles y cabañas de alquiler de la zona.
Además de Capilla del Monte, otras áreas como Dolores de Punilla, San Esteban, Chancaní, la zona alta de Los Cocos y los alrededores de La Cumbrecita también resultaron afectadas por estos incendios, que durante varios días arrasaron la provincia.
En Capilla del Monte, cerca de 300 bomberos y rescatistas trabajaron intensamente para controlar el fuego, que siguió avanzando debido a las condiciones meteorológicas adversas. Las ráfagas de viento de hasta 60 kilómetros por hora y las altas temperaturas, superiores a los 30°, dificultaron las tareas de los bomberos, mientras que el humo denso cubrió una gran extensión, complicando aún más la situación.
Las autoridades locales informaron que, hasta ese momento, no se registraron víctimas fatales, aunque las pérdidas materiales fueron significativas. Las rutas nacionales 28 y 38 se cerraron en ciertos tramos por la proximidad del fuego y la baja visibilidad causada por el humo, según la Secretaría de Gestión de Riesgo Climático, Catástrofes y Protección Civil.
El riesgo de interface fue alto, lo que aumentó la amenaza para las viviendas, y los recursos se concentraron en Capilla del Monte para proteger las propiedades. Sin embargo, las condiciones meteorológicas, especialmente el fuerte viento, limitaron la capacidad de los aviones hidrantes para operar de manera efectiva, extendiendo aún más las áreas afectadas, incluidas las sierras.
Ante esta grave situación, el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, expresó su preocupación por el desastre y señaló que la provincia pediría ser querellante en la causa de los incendios. El gobernador también lamentó la posibilidad de que los incendios fueran intencionales, afirmando: “El fuego lo que produce, nada vuelve a ser como antes”.
Fuente: El Territorio