«Este ajuste contribuye a compensar la variación del tipo de cambio oficial, las diferencias en los costos logísticos y de operación, el achicamiento de la brecha entre grados de combustible y el aumento de precios de biocombustibles», continuaron.
La Secretaría de Energía y las empresas petroleras habían acordado en principio un incremento del 4% para mediados de junio, pero las compañías se retractaron y advirtieron que aumentarían un 7%.
«Estamos con la soga al cuello, la inflación y el retraso en los precios de los combustibles hace insostenible sostener las estaciones abiertas. Necesitamos una solución”, reclamaron desde Cecha, la confederación que agrupa a más 4.800 bocas de expendio.